Síndrome de Stendhal gastronómico. La combinación de texturas y matices de todos y cada uno de los platos hacen que comer en este restaurante sea una experiencia inolvidable. Me encantó el ceviche y el falafel (increíbles los contrastes de sus ingredientes) y también tuve la ocasión de probar los mejillones y la ensalada César. Insuperables. Hasta algo tan simple como el pan, hecho a mano y con masa madre, estaba increíble. Volveré muchas veces.
Pedro Terrero
Thursday, August 23, 2018